sábado, 21 de marzo de 2009

sábanas negras


...tengo unas sábanas negras de raso; recuerdo que las compré con Memé, un negrazo fascinante con el que me veía una vez a la semana. De eso hace ya unos cuantos años. Memé era guapísimo y tenía un cuerpo que rozaba la perfección, en forma y tamaño. Bueno, tamaños. No veáis qué pedazo de polla tenía (con perdón). De verdad. Una polla larga, tersa, fina, suave, ancha, rica, poderosa, recia... de sueño, sí. No era un gran amante pero me hacía disfrutar mucho. El sólo hecho de sentirla dentro de mí me generaba un torrente de deseo que sólo me calmaba follando con él. Pero un día no me apeteció más estar con él. Me aburrí. Así que no volví a verle...
aunque...
quizá vuelva a llamarle...
porque reservo esas sábanas para ocasiones especiales.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

susurros pícaros